Sin duda, hay tres puntos clave para ser un buen conductor: la pericia, la prudencia y la experiencia. Puedes tener uno de ellos, pero si no están complementados por otros no serás un buen conductor.
Ser un conductor de gran pericia, pero sin embargo, con grandes dosis de imprudencia, puede convertirse en un arma letal. Tener mucha prudencia y poca pericia, acaba siendo un problema molesto, para el propio conductor, y para el resto. La experiencia es básica, no hay duda, sin embargo, el exceso de confianza, es a menudo uno de los factores determinantes de accidente.
Por lo tanto, los tres ingredientes clave deben estar todos ellos presentes en tu conducción si quieres ser realmente un buen conductor. Una buena autoescuela, puede dar, y de hecho, lo tiene que hacer, estas dos bases fundamentales e iniciales de la buena conducción: pericia, mediante la paciencia y el acompañamiento a adquirir la capacidad de comprender el arte de la conducción, y también la prudencia, no saltarse los stops (y convertirlos en rápidos ceda el paso) no pasar con luces naranja, fijarse bien en los pasos de peatones, etc. Y el tercer punto clave, la experiencia del conseguirás con el tiempo y con pericia y prudencia.
A un gran conductor de coches de carrera le preguntaron qué secreto podía compartir con sus admiradores y seguidores, para una mejor conducción. La respuesta, lejos de lo que cualquiera podría esperar (como técnicas de avance, sortear curvas y otras proezas) fue: "no dar por hecho que el otro u otros conductores van a hacer lo que se supone deben hacer. El control de lo que los demás harán no lo tienes nunca, pero sí tu capacidad de reacción. el control de tu propia capacidad de reacción es la base de una buena conducción. "
A Autoescuela Solé tenemos el orgullo de haber formado con éxito cientos de conductores, y lo seguiremos haciendo. No sólo conseguir el carnet lo más rápido posible, también formar personas responsables con la conducción, prudentes y con pericia.